Molina Circular
QUÉ ES LA CIRCULARIDAD
mucho más que REUTILIZAR RECURSOS
La economía circular es un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende, posibilitando además la generación de subproductos que suponen un mayor valor añadido de los productos, además de reducir la huella de carbono y contribuir a la competitividad empresarial. La economía circular es un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende.
En la práctica, implica reducir los residuos al mínimo. Cuando un producto llega al final de su vida, sus materiales se mantienen dentro de la economía siempre que sea posible. Estos pueden ser productivamente utilizados una y otra vez, creando así un valor adicional.
Contrasta con el modelo económico lineal tradicional, basado principalmente en el concepto “usar y tirar”, que requiere de grandes cantidades de materiales y energía baratos y de fácil acceso. La obsolescencia programada contra la que el Parlamento Europeo pide medidas es también parte de este modelo.
Las 7 “R” se utilizan como parte de la transición hacia la economía circular, y consisten en la Recuperación, Reducción, Reparación, Reutilización, Reciclado, Repensado y Reforma, sirviendo de cascada de materiales para otras cadenas de producción.
Se define como un sistema económico y social que tiene como objetivo la producción de bienes y servicios, al tiempo que reduce el consumo y el desperdicio de materias primas, agua y fuentes de energía.
Todos los procesos de fabricación de bienes o servicios implican un coste ambiental. Para minimizarlo, la economía circular promueve la optimización de los materiales y residuos, alargando su vida útil. De este modo se huye del actual sistema lineal de usar y tirar y se apuesta por otro respetuoso con el medioambiente y basado en la prevención, la reutilización, reparación y reciclaje. En definitiva, la economía circular permite alargar la vida útil de los productos y darles una segunda vida.
Uno de los motivos para avanzar hacia una economía circular es el aumento de la demanda de materias primas y la escasez de recursos. Varias materias primas cruciales son finitas y, como la población mundial crece, la demanda también aumenta.
Otra de las razones es la dependencia de otros países: algunos países de la UE dependen de otros países para sus materias primas.
El impacto en el clima es otro de los factores. La extracción y el uso de materias primas tienen importantes consecuencias medioambientales, aumenta el consumo de energía y las emisiones de dióxido de carbono (CO2), mientras que un uso más inteligente de las materias primas puede reducir las emisiones contaminantes.
El impacto en el clima es otro de los factores. La extracción y el uso de materias primas tienen importantes consecuencias medioambientales, aumenta el consumo de energía y las emisiones de CO2, mientras que un uso más inteligente de las materias primas puede reducir las emisiones contaminantes.
Medidas como la prevención de residuos, el diseño ecológico y la reutilización podrían ahorrar dinero a las empresas de la UE mientras se reduce el total anual de emisiones de gases de efecto invernadero. Actualmente, la producción de los materiales que usamos diariamente son responsables del 45% de las emisiones de CO2.
Avanzar hacia una economía más circular podría generar beneficios como reducir la presión sobre el medioambiente, mejorar la seguridad de suministro de materias primas, estimular la competitividad, la innovación, el crecimiento económico (un 0,5% adicional del PIB) y el empleo (se crearían unos 700.000 trabajos solo en la UE de cara a 2030).
También puede proporcionar a los consumidores productos más duraderos e innovadores que brinden ahorros monetarios y una mayor calidad de vida, por ejemplo, si los teléfonos móviles fuesen más fáciles de desmontar el coste de volverlo a fabricar podría reducirse a la mitad.
Algunos ejemplos de economía circular son La reducción del uso de recursos no renovables, la reutilización de residuos como materias primas, el reciclaje, la incorporación de criterios de ecodiseño a nuestros procesos y la sensibilización de la ciudadanía son nuestras prioridades
Actualmente, cada español genera al año una media de 460 kg de residuos urbanos, es decir, seis veces más que su peso medio. Este impactante dato es una consecuencia del modelo económico lineal que ha imperado durante años, basado en la extracción, producción, consumo y eliminación. Un modelo que implica un alto coste ambiental, tanto a la hora de producir los productos como al acabar su ciclo de vida.
Cuando separamos en nuestra casa los diferentes tipos de materiales y después los llevamos a los contenedores correspondientes, estamos logrando mucho.
Reciclar conlleva ahorrar materias primas, energía, agua y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Y además, genera nuevos puestos de trabajo y tejido industrial. Sin duda, los beneficios de reciclar nuestros residuos son enormes en comparación con la acción tan sencilla y cotidiana que supone.
Reciclando evitas que los productos y materiales se conviertan en residuos, transformándolos en otros completamente nuevos, alargando su vida útil y ayudando a la preservación de los recursos naturales del planeta.
En 2020 se evitó la emisión de 1,67 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, cantidad que equivale a lo que emiten las calefacciones de 800.000 personas (la población de la provincia de Tarragona) durante un año. Asimismo, se ahorraron 20,29 millones de m3 de agua y 6,37 millones de Mwh de energía.
Un plan para reducir el impacto ambiental de los envases
El Real Decreto 782/1998, que desarrolla la Ley 11/1997 de Envases, establece que las empresas envasadoras o importadoras de productos envasados que superen determinados umbrales de peso de envase puesto en el mercado, están obligadas a realizar un Plan Empresarial de Prevención (PEP). El objetivo de este plan es reducir su impacto ambiental y hacerlos más sostenibles.